Que sí. Que no. Que si, y otra vez que no ¿Es lícita la famosa aplicación Uber? La discusión aparentaba no tener fin. Fue el tema en boca de todos durante el transcurso de todo este último año. Vivimos manifestaciones de todo tipo y color, hechos de violencia, gente a favor de la aplicación (la mayoría usuarios) y gente en contra (principalmente los taxistas, competidores directos de la aplicación). En el presente trabajo veremos como la Intendencia Municipal de Montevideo regularizó la situación de las plataformas electrónicas y la prestación de sus servicios.

El jueves 19 de noviembre de 2015, hace ya más de un año, desembarcó en nuestro país la aplicación Uber, aplicación que presta el servicio de proveer chóferes a sus usuarios. Si bien la aplicación no nos era desconocida en tanto ya era utilizada en más de 60 países en todo el mundo, al poco tiempo de comenzar a desarrollar sus actividades se ganó su   popularidad.

Su popularidad aumento exponencialmente, en gran medida gracias a lo mediática que se volvió su utilización en las calles de Montevideo y las represalias y manifestaciones por parte de los taximetristas que encontraron en Uber un  nuevo competidor habiéndose generado una rápida migración de sus pasajeros a esta nueva aplicación. Asimismo, las comodidades, seguridad y forma de pago y control de la aplicación también generaron sus adeptos y su propia clientela fija. La aplicación fue descargada por miles de usuarios y en muy poco tiempo, según fuentes del diario El País,Más de 6.700 personas usaban Uber a diario en Montevideo.

Las manifestaciones de taxistas contra la aplicación sumado a determinados actos de violencia que se generaron, hicieron que la Intendencia Municipal de Montevideo (en adelante "IMM") notara la necesidad urgente de trabajar en la incorporación y regularización de estas nuevas tecnologías que se encontraban en un limbo legal producto de un vacío en nuestroderecho.

El Gobierno Departamental, confeccionó un proyecto que tenía como fin dar "garantías" al ciudadano. Las "garantías" más destacables para la IMM eran que el servicio de transporte sea prestado en condiciones de seguridad (ej.: vehículos en condiciones, choferes con libreta profesional, póliza de seguro contra todo riesgo), y que esta nueva normativa haría que siguiéramos viviendo en un país donde se respetan las reglas y los trabajadores de las aplicaciones realicen los aportes como cualquier otro trabajador, con la garantía de que se efectuará la prestación de un servicio público por parte de un actor privado que pasaría a estar expresamente regulado.

Finalmente, las discusiones llegaron a su fin el pasado jueves 15 de diciembre cuando la Junta Departamental de Montevideo aprobó el decreto que regulará a las aplicaciones como Uber o Cabify (competencia mundial de Uber  y que ya desembarcó en nuestro país).

Este decreto habilita la modalidad de transporte oneroso de pasajeros en vehículos privados contratados a través de plataformas electrónicas, la cual es reconocida como intermediaria. Las habilitaciones quedarán sujetas a los permisos que previamente conceda la Intendencia de Montevideo.

Dicho Decreto crea un registro de empresas y conductores y establece un canon de $ 1.7 a pagar a la Intendencia Municipal de Montevideopor cada kilómetro recorrido, desde su inicio hasta la finalización del viaje cualquiera sea su destino dentro o fuera de los límites del departamento de Montevideo. Estecanon encuentra su justificación en la utilización de las calles por parte de los vehículos de Uber, configurándose eluso de un bien público como son las vías de circulación. Asimismo la Intendencia de Montevideo podrá fijar además tarifas máximas, si se detecta que el precio es abusivo

El Decreto dispone la creación de un registro de los vehículos prestadores del servicio, de los permisarios (que solo podrán ser personas físicas) y de las plataformas electrónicas.

Los permisos se otorgarán por cada vehículo y ninguna persona podrá ser titular de más de un permiso afectado al servicio regulado en el decreto.

La IMM determinará las condiciones que tendrán que cumplir tanto la plataforma como los choferes adheridos a ella para acceder al registro. Además se limitará a uno la cantidad máxima de vehículos que un mismo propietario posea en dicho registro, aunque un mismo coche puede ofrecer el servicio de transporte para más de una plataforma o aplicación.

Entre las obligaciones de los conductores se enumera: tener licencia de conducir profesional, tener carné de salud vigente, cumplir con las obligaciones fiscales y cumplir con el artículo 11 del decreto, donde se establece que los vehículos habilitados tienen que tener menos de cuatro años de antigüedad (este plazo se extiende un poco más para el caso de los vehículos eléctricos), estar empadronados en Montevideo y tener capacidad para transportar no más de 5 pasajeros, así como deben aceptar únicamente pasajeros despachados por la plataforma. El propietario del vehículo también deberá demostrar a la IMM, una vez al año, que está al día con los aportes al BPS.

Si bien la regularización de Uber no cayó bien dentro del mundo de los taxis, el Gobierno Departamental explicó que la aceptación de esta nueva modalidad privada de transporte oneroso de pasajeros como complementaria y no sustitutiva de otras formas de transporte de interés público. Se comparte dicha posición en tanto vivimos en un país que protege la libre competencia, y nada impedía la regularización y permanencia de Uber en nuestro país.

Este proyecto se complementa con la ley que el Poder Ejecutivo remitió al Parlamento, que brinda herramientas para actuar en caso que las aplicaciones que ofrecen el servicio oneroso de transporte no cumplan con lo establecido en el decreto.

En conclusión, el próximo mes comenzará a regir la nueva regularización, regulación que como aspecto negativo encuentra la afectación de la tarifa actual del servicio, pero que resultaba imprescindible y sin duda traerá un poco de paz a las calles de nuestra ciudad, protegiendo al mismo tiempo la libre competencia y los derechos de los consumidores a elegir libremente.

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