• Se desmantela red ilegal responsable de comercialización de productos farmacéuticos falsificados.
  • El caso concluye con una pena de tres años de prisión para el autor.
  • El veredicto continúa la reciente tendencia observada a nivel judicial en Ecuador de dictar penas privativas de libertad a los falsificadores.

Uno de los acusados de producir y falsificar medicamentos ha sido condenado a tres años de prisión. Este caso es de gran interés mediático pues las autoridades ecuatorianas desmantelaron una red ilegal de producción y distribución de medicamentos falsificados. El 17 de abril de 2018, después de dos rondas de apelación, el individuo que fue a juicio recibió una sentencia de tres años de prisión tras ser considerado como el autor de la operación.

La noticia causó sensación cuando la red fue aprehendida originalmente a finales de 2015, debido a la escala y el detalle de la operación ilícita, que abarcaba un laboratorio secreto en el que se fabricaban las tabletas, instalaciones para envasar e imprimir el logotipo de la casa de una conocida marca farmacéutica e incluso la impresión de autorizaciones de comercialización, instalaciones de almacenamiento y, por último, la distribución en canales de venta informales. Tras una denuncia anónima y varios meses de investigación conjunta por parte de nuestra firma, Aduanas, Servicios de Inteligencia, Policía y el Procurador General, se llevó a cabo redadas en varios lugares, incautando más de 2 millones de tabletas relacionadas con el control de la natalidad, el tratamiento del colesterol y el tratamiento del dolor intenso.

A principios de junio de 2016, CorralRosales logró ayudar a asegurar un resultado en el que uno de los detenidos aceptó un acuerdo de declaración de culpabilidad que resultó en una sentencia de un año de prisión. Este fue un resultado significativo en ese momento, ya que, aunque el Código Penal ecuatoriano preveía un plazo de tres a cinco años para el delito en cuestión, no había casos previos en virtud de la disposición.  El caso salió a la luz en el contexto de una flexibilización de las sanciones penales contra los infractores de los derechos de propiedad intelectual.

Esta última sentencia no tiene derecho de apelación y, si bien una sentencia de tres años podría parecer indulgente dada la gravedad del delito y el plazo máximo del cual disponen los jueces en virtud de las disposiciones pertinentes, continúa la reciente tendencia observada a nivel judicial en el Ecuador de dictar penas privativas de libertad a los falsificadores. Por lo tanto, es positivo, dado que hasta hace poco las sentencias de privación de libertad por este tipo de delitos no existían. CorralRosales asistió a la fiscalía durante todo el proceso del juicio.

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