Es muy fácil señalar a otros, sobre todo en tiempos de redes sociales, detrás de las cuales se suelen escudar algunos bajo el anonimato y expresar de manera ligera improperios y barbaridades en contra de otros, con razón o sin ella, en la mayoría de los casos sin ninguna prueba más que la visceral... Esto, según estudios científicos, tiene mucho que ver con la idiosincrasia del costarricense, a quien le es difícil aceptar sus propios errores. Pero... ¿Se ha preguntado usted quién es corrupto?, o mejor aún, ¿si es usted corrupto?

La respuesta dependerá de varios factores. Veamos ejemplos. En épocas de recientes escándalos sobre materiales relacionados con la construcción, y a pocos meses de las elecciones nacionales, es fácil dejar volar nuestras emociones y señalar solo a los otros y más en el ámbito político. Sin embargo, en mi criterio, la corrupción alcanza muchos más ámbitos de los cuales usted se haya atrevido a pensar.

Según el diccionario de la Real Academia, no un diccionario técnico legal ni de ninguna otra índole, sino el básico de nuestra lengua, la corrupción es: "alterar la forma de algo, echar a perder, depravar, dañar, sobornar a alguien con dádivas o de otra manera, pervertir a alguien, hacer que algo se deteriore, y en las organizaciones, especialmente en las públicas, es la práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores (sus empleados)".

Entonces, ¿Quién es corrupto? ¿Solo los políticos, o también el "gavilán" que guarda campos en el COSEVI, el costarricense o extranjero que le paga a esa "gavilán"? ¿Son los incentivos que se pagan sin control a los funcionarios públicos, corrupción? ¿Es quien se "cola" en las presas, corrupto? ¿Es el que le paga a un oficial de tránsito para que no le haga la multa por conducir borracho, corrupto? ¿Qué tal el que duplica su hora de almuerzo, o el tiempo de café? ¿O el que miente en su estado civil o en la conformación de núcleo familiar para obtener un bono de vivienda? ¿El que tira basura o sus aguas negras a un río? ¿El que trafica o consume especies en vías de extinción, como el pez marlín? ¿El que consume productos, o permite que sus hijos lo hagan dentro del supermercado y no los pagan? De declaraciones de impuestos y el buen aprovechamiento de la inversión de los fondos públicos... mejor no hablemos, es un tema realmente serio en el que todos, ciudadanos y funcionarios públicos, debemos reflexionar.

Le invito a repensar su respuesta, pero sobre todo a que reflexione sobre la responsabilidad que tiene usted y que tengo yo -como ciudadanos-, en la corrupción que vivimos y de la cual nos quejamos, sobre todo en la contribución activa para que se reduzca y desaparezca.

Claro que es más sencillo pensar que el corrupto es otro y yo no, es facilísimo echarle la culpa a los políticos, pero y ¿lo que usted y yo hacemos o dejamos de hacer? Eso también cuenta. El cambio está en usted y en mí, haga lo que le corresponde, hágalo bien y empezaremos a ver la diferencia.

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